Viernes, 02 mar 2018 16:48
por Alan Rodríguez
(En la sala oscura donde parpadea la luz atrapada en el viejo nitrato, ahí donde transcurren historias arrancadas a la oscuridad, el cine mudo es también espectáculo sonoro. Foto Cortesía ENCINEMUDO)
Ciudad de México. En la sala oscura donde parpadea la luz atrapada en el viejo nitrato, ahí donde transcurren historias arrancadas a la oscuridad, el cine mudo es también espectáculo sonoro. Musicalizar películas silentes es un auténtico arte, y en México, la agrupación pionera de esta profesión es el Ensamble Cine Mudo que este 2018 cumple dos décadas de trayectoria.
En entrevista, su líder y pianista José María Serralde, me platica sobre lo que significa celebrarlo con una nueva música para la proyección que se dio el pasado jueves de Tepeyac (1917). También sobre la escencia de esta práctica y su profesionalización, que van de la mano con el goce y el aprecio de nuestro patrimonio fímico.
El largo más antiguo que se conserva del cine mudo mexicano
“Entre 1998 y 2001, la Filmoteca de la UNAM inició la restauración de Tepeyac y nos encargaron hacer la musicalización. Llamamos a un grupo de estudiantes de musicología de la Facultad de Música e integramos un conjunto de piezas con instrumentos de la época e instrumentos tradicionales. Nos divertimos haciendo una especulación un poco extrema de la música de ese tiempo.
“Ahora en 2018 la Filmoteca y la AMACC han hecho una restauración digital. Lo que antes se estabilizó fotoquímicamente ahora se está digitalizando para que todos lo podamos ver en DVD. Me encargaron revisitar esta partitura y esta vez la hicimos para piano solo, retomando muchos elementos de aquella versión de 2001”.\
Lo antiguo, sorprende
“El cine mudo no envejece, conserva su valor histórico y a través de la música en vivo, de la revalorización del patrimonio audiovisual, de pronto la gente se sorprende. Entre más ponemos estos materiales en contacto con los públicos nuevos, más se revaloran”.\
Ensamble pionero
“Hemos visto momentos distintos de la conservación y la promoción de patrimonio fílmico en México. Empezamos como un ejercicio de cine club universitario en la UNAM, como estudiantes de música. De pronto nos dimos cuenta que nos involucramos en un ejercicio profesionalizado, que en otros países es constante.
“Sin darnos cuenta, nos solicitaban los festivales nacionales y luego los internacionales, los exhibidores, los restauradores, los curadores. El ensamble se desarrolló a la par de un actual interés por la restauración fílmica.
“Es difícil sostener un ensamble así porque el mercado de exhibición de cine de archivo no es como el de otro países, que también es difícil. Así que estamos muy interesados en trabajar en la profesionalización del músico de cine para los archivos. Queremos ser un ensamble que forme nuevas generaciones”.
Tres grandes momenos
“Nuestro primer gran momento fue el debut en ese entonces como Ensamble Cine Mudo en la función de gala de Ben-Hur (1959) en el CCU, con teatro lleno y portazo. El segundo, cuando el ensamble se volvió maestro, en Santiago Tillo, Oaxaca. Haciendo trabajo voluntario, quisimos reconciliar a los niños de las comunidades con sus bandas tradicionales. No las escuchaban porque les traían malos recuerdos. Hicimos un taller en el que preparamos una función con la banda del pueblo, y a los niños para hacer los efectos con instrumentos de percusión. Esa función de Steamboat Willie (1928), la del Mickey Mouse, fue muy significativa para mí. Y el tercero, la función en el Festival de Cine de Sarajevo, que marcó nuestro debut europeo”.\
Gran gala en el Teatro de la Ciudad
El próximo 31 de julio ofreceremos ese espectáculo con el que debutamos en Europa, el Qué viva México! (1932) de Aleksandrov con imágenes de Eisenstein, con una partirura que fue comisionada por el festival Arte Careyes. Habrá algunas sorpresas para celebrar con mucha intimidad nuestro 20 aniversario\ Un cine raro para los extranjeros
“El cine mudo mexicano es visto como muy extraño fuera del país, incluso para los propios investigadores del tema. Por dos cosas, porque todo el cine de la Revolución, que se sigue restaurando, desafía el formato al que está acostumbrada la gente. La vistas de colecciones importantísimas en Reino Unido, Estados Unidos o Italia tienen duraciones diversas, pero nunca tan largas y monográficas como las del cine mexicano temprano. Por el otro, las piezas del maestro Gabriel García Moreno como El tren fantasma y El puño de hierro, tiene una recepción estupenda. Mis colegas de otros países siempre me hablan del gusto que les da musicalizarlas”.
El Ensamble Cine Mudo se complementa con el percusionista Roberto Zerquera y el violinista Omar Álvarez. Este sábado 3 a las 10 horas musicalizan Finis Terræ (1929) de Jean Epstein, en la explanada del CCU como parte del FICUNAM.
Fuente
Pantalla nómada, columna de La Jornada http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2018/03/02/pantalla-nomda-dos-decadas-de-musica-que-colma-el-silencio-4657.html